Seguidores

17 mar 2011

MI SEGUNDA VEZ

Este año,2011, he vuelto de nuevo a la feria Madrid DEARTE, que celebrado en lo que se ha llamado la Gran Semana del Arte en Madrid. La gran diferencia es que en esta nueva edición he participado con una galería y no como comisaria “independiente” y que ya llevo un año en el “mundo real” de este mundillo.

Ya la ingenuidad deja paso a la cruda realidad en la que se mueven estos eventos, que más que mostrar arte lo que más interesa es vender “cosas”. Estas ferias dan cabida tanto a la exhibición de Arte como de No Arte. Al fin y al cabo lo importante es vender, y quién mejor para hacerlo que los “expertos” galeristas. Miman su stand a más no poder, reparten las obras por el carísimo espacio que han contratado porque ¿quién les garantiza que vayan a cubrir gastos? Aquí se aplica “Quién no arriesga, no gana” y desde luego mejor es salir de casa y seguir en el candelero que quedar en el olvido.

Dejando la frivolidad a un lado, también es cierto que no todo es eso. Sigues encontrando gente estupenda con la que compartir experiencias y opiniones, descubres artistas que te hacen partícipe de sus propios universos y compañeros que hacen que las largas horas de pie merezcan la pena.

MI PRIMERA VEZ

Este año,2010, se ha celebrado la IX edición de la Feria de Arte Contemporáneo DEARTE, coincidiendo por segunda vez, en cuanto a la fecha, con ARCO.
Y por primera vez he tenido el honor de colaborar en ella desempeñando el papel de comisario y teniendo a mi cargo a cinco maravillosos artistas.

De toda esta experiencia he aprendido muchas cosas, tanto de otros colaboradores, como de los propios artistas y sobre todo, del mundillo que en estas ferias se desarrollan. Ha sido realmente emocionante el trabajo en equipo tanto para el montaje como para el desmontaje, en general, ha reinado una actitud de camaradería entre todos los voluntarios. Aunque, como siempre en cualquier lugar, también nos encontramos con “dependientas de El Corte Inglés” preocupadas más por vender que por imbuirse en el ambiente que nos puede ofrecer una feria de esta categoría y pisarte la cabeza por el camino para conseguir una venta, eso sí, de una manera muy “diplomática y discreta”.

Es increíble cómo al admirar las obras que te rodean te transportan a un nuevo universo personal, el artista te muestra su ser, se expone ante ti y es de desagradecidos no tomarse un momento para disfrutar de ello y reinterpretarlo. Convives con ellos en un estrecho espacio, te explican su proceso creativo y lo que le han llevado hasta allí, y es entonces cuando te propones hacer todo lo posible para que algún afortunado se lleve esa experiencia a casa. Aunque no siempre se consigue. Para ellos lo más difícil ya está hecho, están dando a conocer su magnífica obra y superando el miedo que supone exponerse así ante todo el mundo.