Este año cumplía la feria de ESTAMPA 20 añitos y la
celebración ha sido en un nuevo emplazamiento: Matadero Madrid, deja así su
lugar habitual: IFEMA, y se traslada al centro urbano.
Hasta allí me desplacé el último día y a media mañana para
contemplar con un sabor agridulce lo que ofrece esta edición. Para mí esta
feria tiene un significado especial,
fue la primera que visité cuando vine a vivir a Madrid y en
ella trabajé los dos últimos años con la galería Dionis Bennassar.
Carlos Irrijalba |
Mis expectativas no estaban muy definidas cuando llegue
allí. No empecé con muy buen pie: la publicidad a pie de calle de esta feria de
“renombre” brillaba por su ausencia, era difícil ubicarla dentro de Matadero,
el acceso a través del transporte público es muy bueno...pero si llegabas en
coche particular...el problema era patente. Cierto que IFEMA está lejos, pero
no tendrás problemas de aparcamiento.
Desde hace un par de ediciones la feria se divide en varias
secciones: Galerías, Instituciones, Book in, Design Partner y Sound In. Las
tres primeras en la Nave 16, la parte de diseño en La Central de Diseño y la
parte sonora en La Sala de Música.
Era un poco difícil orientarse ya que al ser un lugar
multidisciplinar donde se desarrollan varias actividades a la vez faltaban
indicaciones relativas a la feria y a las diferentes secciones. Eso sí,
perderse por Matadero es una gozada, no sabes lo que puedes encontrar a la
vuelta de la esquina.
Charlotte Massip |
En esta nueva edición cabe destacar la parte de diseño,
personalmente, fue donde más disfruté. Me sorprendieron gratamente las
propuestas, mucho más innovadoras que la obra gráfica, y vi con satisfacción
que eran más numerosas que en la edición pasada.
Esta edición ha estado marcada por grandes autores más que
por el conjunto de cada galería/institución, en mi opinión.
Tenemos obras de Charlotte Massip de Casa de Velázquez con
una obra que se aleja del grabado tradicional, Carlos Irrijalba, premio de la
Comunidad de Madrid con una obra fotográfica sencilla pero impactante que juega
con la luz de manera brillante, José Manuel Ballester, Antonio Díaz Grande con
una propuesta sencilla pero efectista, Adrián Domínguez con fotografía en
blanco y negro que nos acerca a la Gran Vía madrileña, obras de pequeño formato
de Ouka Leele a precios muy asequibles y un monotipo de Monir muy en su línea
pero con inclusión de motivos figurativos. Por supuesto, encontramos obras de
artistas consagrados que no sorprenden en absoluto, pero que si quieres una
apuesta segura, tendrás dónde elegir.