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17 feb 2014

LA RUINA VIVA



Ayer domingo me encaminé, bajo un cielo gris encapotado y tapada hasta las orejas, hacia Tabacalera, Espacio Promoción del Arte en la glorieta de Embajadores. Allí exponía un fotógrafo amigo de mi prima y a casi dos semanas de que terminara me animé a ir.

Iba pensando yo por el camino que sería la segunda fábrica de tabacos que conocería con otro uso ya que tuve la suerte de estudiar la carrera en la Antigua Fábrica de Tabacos de Sevilla. La similitud sólo radica en que por sus puertas salieron cigarritos bien liados, digo yo, porque lo que respecta al diseño no pueden ser más antagónicos. Mientras que la fábrica de Sevilla, de 1728, tiene un diseño típico renacentista que aún a día de hoy conserva ese clasicismo, a pesar de la fuerte remodelación que sufrió para acoger la Sede de la Universidad de Sevilla. La fábrica de Madrid, de 1750, conserva todavía ese aire industrial y de maquinaria pesada.
Vista ,Tabacalera Espacio Promoción del Arte
 Los que no hayan visitado el centro pueden pensar “¡En qué estaban pensando para poner obras ahí dentro!”. Yo creo que conservar parte de la esencia del espacio original dota al entorno de gran personalidad que para nada resta protagonismo a las obras que se exponen, muy al contrario, las dota de mayor importancia si cabe. El contenedor es tan diferente al contenido que éste brilla con luz propia, como se suele decir “los polos opuestos se atraen”.
 Desde 2007 el Centro Nacional de las Artes Visuales ha usado el espacio para dos fines muy concretos: El Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapiés y Tabacalera, Espacio de Promoción del Arte donde se desarrollan diferentes proyectos de carácter temporal relacionados con la fotografía contemporánea y las artes visuales

Vista, Sala La Fragua
Hasta el 23 de febrero se pueden ver dos exposiciones: “Contexto crítico. Fotografía española siglo XXI” formada por propuestas de 20 fotógrafos, muy coherentes e interesantes. Diferentes entre sí pero que de ninguna manera causan indiferencia.

Sin embargo, mi viaje comenzó con el objetivo de visitar la exposición “Óscar Carrasco: Madrid Off”. En la entrada del centro me indicaron muy amablemente donde se encontraba, en La Fragua. Ahí estaba yo a punto de recorrer una larga sala con vida propia en su interior.

La muestra está formada por fotografías de edificios de la Comunidad de Madrid que actualmente están en desuso. Los hay de carácter privado, público, profano y religioso. Son espacios inmersos en la propia ciudad que pasan desapercibidos. 

Óscar Carrasco. Estación del Norte
El carácter desolado que tendría que conferirles el abandono ha dado paso a un nuevo aura, a una historia diferente, que desde luego ya no vive el hombre de forma cotidiana sino que se encuentra en el recuerdo que encierran esas cuatro paredes y que recogen las instantáneas de Óscar Carrasco. Juega con la luz y la atmósfera de forma sorprendente, convive con el espacio, lo reconoce y lo capta en un segundo. Un segundo de vida que no se apaga. 

Me sorprendió gratamente, cosa que el arte actual no hace desde hace tiempo, me removió sentimientos, me puso los pelos de punta y me hizo recordar porqué me gusta tanto el arte. Qué pena que sólo pueda recomendarla cuando apenas queda una semana y media para poder visitarla, así que ¡Aprovechad estos pocos días! Merece la pena.